Actualmente hay otros clubes de diversidad sexual en Mendoza y Jujuy, entre otras provincias, pero los integrantes de Ciervos Pampa fueron los pioneros y a esto también se refirió su fundador: «Es un orgullo decir que somos los primeros, pero así también mostramos cuánto nos falta, la oportunidad de crear un espacio diverso se dio hace 12 años, esto quiere decir que hay una brecha ahí que nosotros buscamos achicar. Somos migrantes de otros países, de otras provincias. La sociedad todavía está marcada por prejuicios, discriminación y violencia».

El club se sostiene con sponsors, donaciones y cada socio paga una cuota. Para Ciervos Pampa es importante que se vinculen empresas y otro tipo de instituciones, que se unan a la transformación social y deportiva que ellos proponen.

La propuesta más nueva que presentaron es «Mariconeando la cultura» que tiene que ver con reflexionar sobre cuerpos y diversidad que históricamente generaron rechazo.

En abril se realizó la primera actividad en el Museo Moderno, en dos muestras diferentes: «Cuerpos Mutantes» y «Cuerpos Contacto» en las que se realizó un recorrido desde la década del sesenta hasta ahora para repensar los cuerpos desde la diversidad, con todas las identidades y géneros.

El bautismo

Los bautismos en el deporte, sobre todo en el rugby, han sido puestos en la mira debido a las prácticas violentas que muchas veces se manifiestan es este tipo de «rituales». A los integrantes de Ciervos Pampa les preguntaron si ellos tenían algún bautismo y Caio Varela contó que la primera vez que les preguntaron eso se miraron y se abrazaron, y así quedó el abrazo como el bautismo del equipo.