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sábado, julio 27, 2024

El ex campeón olímpico de ciclismo Juan Curuchet sufrió un violento asalto en su campo al sur de Mar del Plata

El campeón olímpico de ciclismo Juan Curuchet sufrió un violento robo en su domicilio de zona rural jurisdicción de Batán, a unos 20 kilómetros al sur de Mar del Plata, donde delincuentes lo redujeron junto a su pareja y le robaron todo tipo de elementos de valor, incluida las medallas logradas a lo largo de casi tres décadas de carrera deportiva.

La investigación en marcha desde la fiscalía especializada en Delitos contra la Propiedad, a cargo del fiscal Mariano Moyano, esperaba por elementos de prueba para avanzar con la búsqueda de los autores del hecho.

Según denunció el deportista y ex legislador bonaerense, fue sorprendido por al menos tres hombres durante las últimas horas de este domingo. Con su pareja ya estaban acostados cuando los encapuchados ingresaron a punta de pistola. “Me dijo que me veía cara conocida”, dijo al reconocer que el asalto no lo habría tenido como objetivo puntual sino que habrían elegido al azar esta vivienda, en un campo al que se llega por la ruta 88 en el que hace tiempo se recluyó en busca de una vida más tranquila.

Estima que fueron unos 40 minutos los que los delincuentes permanecieron dentro de la casa, tiempo que se tomaron para revisar todas las dependencias, cargar todos los elementos de valor y prepararse para la fuga.

“Se llevaron todo lo que encontraron, hasta mis medallas y reconocimientos de mi carrera deportiva”, explicó el campeón olímpico de Pekín 2008 sobre este tristísimo episodio que, reconoció, finalizó sin haber sufrido agresiones físicas pero sí con una intimidación permanente con armas que “cargaban”, de acuerdo a lo que pudo percibir antes de que los encerraran con su compañera en un baño.

Más tranquilo pero dolido por el sufrimiento que significó este robo y el tiempo que pasó con los delincuentes dentro de su casa, que los llevó hasta donde tenía dinero. “Se llevaron todos mis ahorros”, dijo. Y para pedirle más le llegaron a apuntar con la pistola en la cabeza a su novia. “Hice ciclismo, no me dediqué a un deporte que se gana plata”, les explicó y casi que los convenció.

Se salvó la medalla dorada lograda con aquel título de Pekín 2008, apenas pudo convencerlos que no era de oro. “¿Dónde está?”, preguntó quien manejaba el robo. “La podemos derretir”, le dijo cuando la tenía a mano. Curuchet le pidió que comparara con otras de distintas competencias de menor tenor para demostrarle que eran todas parecidas pero no de metal valioso. “Esa medalla no, dejaselá”, pidió uno de los más cómplices, y la arrojó sobre la cama.

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