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lunes, diciembre 30, 2024

Un siglo del gol olímpico de Césareo Onzari a Uruguay

Además del gol de córner directo, ese partido marcó la primera transmisión deportiva en el país y el primer encuentro con alambrado alrededor de la cancha.

Es tan difícil hacer un gol olímpico que Diego Maradona solo marcó uno en su carrera (el 24 de febrero de 1985 a la Lazio por el campeonato italiano) y Lionel Messi, todavía no pudo hacer ninguno.

Por Daniel Guiñazú

El gol de corner directo cumple 100 años desde que el jueves 2 de octubre de 1924, se convirtió en el estadio ya desaparecido de Sportivo Barracas, el primero reconocido como tal por la FIFA: fue en el partido que la Selección Argentina le ganó 2 a 1 a la de Uruguay y su autor resultó Cesáreo Onzari, un veloz puntero de izquierdo de Huracán que, a los doce minutos del primer tiempo, empaló la pelota con su pie izquierdo y la colocó con un efecto extraño, por el medio de la valla del arquero uruguayo Andrés Mazzali.

Inmediatamente se lo llamó olímpico porque los uruguayos venían de ganar la medalla dorada en los Juegos de París y en cierta manera, el honor futbolístico nacional estaba en juego aquella tarde primaveral pero raramente calurosa. De hecho, el partido de amistoso tuvo casi nada, Argentina se impuso 2 a 1 (Domingo Tarasconi marcó el gol de la victoria) y fue tan violento y malintencionado que el defensor de Newell’s Adolfo Celli salió con una fractura expuesta de su tibia izquierda y luego del pitazo final del árbitro uruguayo Ricardo Vallarino, hubo una gresca en la que varios jugadores se cruzaron puñetazos y terminó detenido el delantero oriental Héctor Scarone quien, en medio de la tangana, durmió de una trompada a un agente de policía. Asi era el fútbol por entonces.

Durante los primeros años del siglo veinte, ya se habían convertido varios goles de corner en los campeonatos británicos, pero como el tiro de esquina no era considerado como un tiro libre directo, esos goles no tenían validez y los árbitros cobraban saque de arco. Hasta que el 14 de junio de 1924 en Londres, la hoy IFAB (International Football Asociation Board) le concedió al corner caracter de tiro libre directo. Con la salvedad de que la regla entraría en vigencia mundial recién el 1º de enero de 1925. El árbitro Vallarino ya estaba al tanto de esa novedad. Por eso, apoyado contra el segundo palo, con gorra, pantalón largo y saco, decidió dar por válido el gol de Onzari a pesar de que todavía faltaban noventa días para que la nueva disposición empezara a regir.

«Me salió porque tenía que salir, nunca más volví a embocar un gol como ese», reconoció años más tarde Onzari, convertido en una celebridad del fútbol argentino hasta su muerte en 1964. «Puede ser que acosado por Gabino Sosa o por Ernesto Celli, el guardián oriental haya perdido la establidad. Lo cierto es que cuando ví la pelota dentro del árco no lo podía creer», agregó el puntero izquierdo de Huracán que tuvo un paso breve en la Selección Argentina (jugó apenas quince partidos) y anotó cuatro goles, uno más célebre que ningún otro.

En verdad, el partido entre argentinos y uruguayos debio haberse jugado el 28 de septiembre. Pero no se pudo completar. El estadio ubicado en la esquina de Iriarte y Luzuriaga, enfrente de lo que hoy es el Parque Pereyra Iraola del barrio de Barracas, estaba desbordado de público. Los diarios de entonces calcularon que había 60 mil espectadores en un estadio que repleto, sólo podía albergar 35.000. A los cuatro minutos, una avalancha popular invadió el campo de juego y ya no hubo manera de seguir. Los jugadores uruguayos se retiraron inmediatamente y la policía montada restableció el orden y desalojó el estadio a su manera, a palazo limpio.

Se decidió seguir jugando cuatro días después. Pero en mejores condiciones de seguridad. Se habilitaron 15 mil entradas generales y 8000 plateas. Y para evitar nuevas invasiones del campo de juego, se tendió un cerco de alambre tejido alrededor de los cuatro costados de la cancha: comenzaba la era del alambrado olímpico que hasta hoy sigue bordeando nuestras canchas. Pero también habría otra cita con la historia del fútbol.

Horacio Martínez Seeber, un radioaficionado que tenía la licencia número uno del Ministerio de Marina, ante la importancia del partido decidió montar un programa especial desde el estadio de Sportivo Barracas por LOX Radio Cultura. E invitó a acompañarlo a Atilio Casime, jefe de deportes del diario Crítica, por entonces el más popular de la ciudad de Buenos Aires. Martínez Seeber puso una mesa al borde del campo y allí instaló dos micrófonos para ellos y otros dos para captar el ambiente bullicioso de la multitud. No fue una emisión con relatos y comentarios al estilo de las tradicionales sino una transmisión desde exteriores con los comentarios de dos personas sobre lo que veían que estaba ocurriendo: la primera transmisión deportiva de la radiofonía argentina que había comenzado en 1920. El abrazo estrecho y emotivo entre el fútbol y la radio también cumple 100 años.

Quedó dicho: es tan dificil marcar un gol de corner que Diego solo hizo uno y Messi, todavía ninguno. Y que en la historia de las Copas del Mundo, el colombiano Oscar Coll fue el único que lo consiguió: el 3 de junio de 1962 en Arica (Chile) anotó uno al gran arquero ruso Lev Yashin en el espectacular empate 4 a 4 entre la Unión Soviética y Colombia.

En la Argentina, el puntero izquierdo de Rosario Central, Daniel Vicente Aricó marcó un record al convertir tres a Belgrano de Córdoba, Atlético Tucumán y Chaco For Ever en las primeras cuatro fechas del campeonato Nacional de 1973. Y este año en el fútbol femenino, Eliana Stábile, jugadora de Boca, señaló dos goles olímpicos consecutivos a River y la UAI Urquiza. Extraordinarios especialistas en tiros libres como Norberto Alonso, Carlos Babington o Rubén Capria jamás demostraron esa habilidad a la hora de ejecutar los tiros de esquina. En cambio, Juan Román Riquelme anotó dos goles olímpicos en su paso por Villarreal y uno más para Boca ante Vélez en el desquite de los octavos de final de la Copa Libertadores de 2007, la última que Boca ganó.

Pero a nivel mundial, tal vez nadie haya alcanzado la altura de Alvaro Recoba. El volante uruguayo, dueño de un pie izquierdo que podía tener la sutileza de un pincel pero también la potencia de un cañón, hizo seis goles olímpicos en toda su carrera, uno en el Inter de Italia y cinco durante su último paso (2012/2013) por Nacional de Montevideo. El «Chino» los pateaba con pierna cambiada (zurdo desde el costado derecho) y los metía con fuerza inusitada contra el segundo palo.

Recoba puede ufanarse de haber superado en esa especialidad a dos genios de todos los tiempos como Maradona y Messi. En todo caso, fue quien mejor transitó un camino que hace un siglo exacto empezó a trazar. sin siquiera saberlo, la zurda histórica e inesperada de Cesáreo Onzari.

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